Capitulo 4 - Invierno

Los orfanatos siempre están llenos de niños, niños abusivos que por no tener padres se creían con el derecho de poder atormentar a los demás, Coon era uno de esos, uno de esos niños atormentados por los demás. Su pequeña estatura & su inocencia, siempre lograban de alguna forma en meterlo en problemas.

Nunca nadie le conto algo de sus padre, que había sido de ellos o si siquiera tenía algún pariente en algún lado. Aún así el seguía siendo un niño alegre & energético, pero bastante inocente en muchos aspectos, solía confiar en la gente incluso sin conocerla del todo, lo cual eso no siempre terminaba bien.

-¡Hola! ¡Hola! Soy Coon ¿Cómo te llamas?- Alegre como siempre, no tenía problemas en hablar con cualquiera con una enorme & tierna sonrisa. La muchacha de cabello rubio, lo miro un poco confundida, sonriendo tímidamente.- Hola, soy Lisa.- El pequeño pelinegro sonrió ampliamente, de forma radiante dejando ver un poco sus dientes. Estaba feliz de que la chica le haya respondido & no solo eso, sino que también no lo haya mirado raro como hacían muchos cuando él se acercaba.

Los días pasaban, Coon seguía metiéndose en líos, cada vez salía con mayor frustración de ellos, siempre teniendo algún raspón, herida, golpe nuevo. Frustrado por su propia inocencia que hacía que confiara demasiado en los demás. & en cuanto salía de los aprietos, iba con Lisa, que siempre le ayudaba a curar de sus heridas.- No deberías dejar que te hagan estas cosas Coon.- Él no contesto, sabía que ella tenía razón, pero no podía hacer mucho, aún era bastante pequeño, no tenía mucha fuerza & simplemente no podía evitar confiar en los demás, era una de sus virtudes & una de sus debilidades.

Algo que también había notado, era que conforme los días pasaban, veía a Lisa cada vez más pálida, cansada & decaída. Aunque moría de ganas por preguntar qué es lo que estaba ocurriendo, no lo hacía, ya que tenía miedo a una respuesta nada agradable. Simplemente guardo en silencio sus preguntas, disfrutando al máximo los días que pasaba con ella e intentando que ella lo disfrutara de igual forma, sacándole sonrisas & risas que definitivamente, pasara lo que pasara, nunca borraría de su mente.

El día que tanto temía Coon finalmente llego. La busco por todos lados, pero Lisa no parecía estar en ningún lado, el único lugar que le quedaba para revisar era su habitación.

Ahí estaba, recostada, con su apariencia demacrada, por una segura enfermedad de la que Coon no quería enterarse. En silencio el pequeño pelinegro se acerco a la cama de la chica, sentándose en una silla junto a ella, conteniendo unas lagrimas & haciendo un enorme esfuerzo por sonreir.- Coon, no estés triste…- Hablo en voz baja & débil la rubia recostada, sonriendo a duras penas, pero con real felicidad, mientras estiraba una de sus manos para poder acariciar la cabellera negra del menor.- No todo es malo, te tengo a ti, aquí conmigo.- Coon hizo fuerza para que las lagrimas no salieran de sus ojos, pero aún así unas de ellas lograron salir.

Simplemente no sabía qué hacer, cómo actuar, las palabras no salían de su boca.- Li-lisa… yo…- No podía hablar, cada vez que abría la boca un sollozo salía de ella.- Esta bien, no te preocupes…- Lisa sonrió por un momento antes de que la tos se la borrara del rostro.- Eres un buen chico Coon, no dejes que los demás abusen de tu bondad.- Él toma la mano de ella, sujentandola con fuerza, como esperando que con eso ella no se fuera a ningún lado, mientras asentía lentamente con su cabeza.- Fuiste mi mejor amigo Coon, nunca voy a olvidarte.- Ella sonrió una vez más con suma tranquilidad, ya que sabía lo que vendría al igual que él, solo que ella ya estaba preparada.- También fu-fuiste mi mejor amiga, Lisa.- El hecho de tener que decía aquello de esa forma le destrozaba el corazón.

Finalmente sintió como las fuerzas en la mano de Lisa iban desapareciendo & sin siquiera poder evitarlo rompió a llorar, mientras juraba por ella que no dejaría nunca más que nadie abusara de él, ni se aprovecharían de su bondad e inocencia, e intentaría que nadie más sufriera de igual forma. De este modo se volvería una persona más fría, como el invierno en el que ahora pasaba sus días más tristes & solo, pero feliz de ver a aquellos chicos que disfrutaban de jugar con la nieve fría & blanca.

Así el invierno también se volvió su estación favorita, aunque había pasado el peor momento de su vida en ella, también la recordaría siempre por lo feliz que fue por tener una amiga real que aunque ya no estaba en este mundo, sabía que nunca lo dejaría solo. Así Coon se termino volviendo el espíritu de el Invierno.